Meherun nesa habita en los medios digitales proyectando
aquella inclinación que se puede percibir en una persona o en una situación
determinada, es decir, el grado de inclinación afectiva espontánea que surge
entre las personas, a lo que se llama simpatía.La palabra “simpatía” proviene
del griego antiguo sympatheia, compuesto por las voces syn (“conjuntamente”) y
pathos (“sufrimiento” o “experiencia”), es decir, alguien simpático es quien
puede sintonizar con las emociones ajenas. En este sentido, es un término
similar al de la compasión, proveniente del latín compassio (compuesto por
“con” y “pasión”)Sin embargo, en la Antigüedad, simpatía era un término de un
sentido mucho más extenso y complejo, que se refería a la posibilidad de que
una cosa afecte a otra distinta, por ejemplo, que una afección de la mente
afecte al cuerpo (así la definía el filósofo griego Epicuro). Con este mismo
sentido se utiliza el término cuando se habla, por ejemplo, de “magia
simpática”, es decir, la creencia de que combinando sustancias similares se
pueden producir efectos determinados en la materia.Las personas simpáticas, en
general, son recibidas con afecto por la gente, incluso por los desconocidos.
La simpatía, en ese sentido, se considera a menudo un valor, un rasgo positivo
de las personas, ya que hacen sentir acompañados a los demás.La simpatía no es,
como suele pensarse, sinónimo de alegría y liviandad, sino de la capacidad de
suscitar una comunidad de sentimientos. Es por eso que alguien puede parecerle
simpático a una persona, mientras que a otra no, ya que la simpatía es un
sentimiento de conexión, de inclinación superficial por el otro. Recfte más en www.somoselespectador.blogspot.com
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